Cuando era pequeña visitaba a mi mamá, que era asesora de ventas, en una de las primeras tiendas de Footloose, aproximadamente en el año 2000. Con el paso de los años decidí estudiar una carrera y pude postularme como practicante en las oficinas administrativas. Estoy muy contenta porque hasta el día de hoy mi mamá sigue trabajando en la empresa y Footloose me permitió pasar por distintas áreas de las que aprendí cosas que valoro muchísimo en mi posición actual.”

Gabriela Ñahuis 24 años
Analista de Planificación Comercial, Lima.